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Filosofía desde la trinchera

Vamos a ver, Fernando, ya sé que no comentas la ley, y eso es lo que se pide. Y en cuanto a lo de los humos, ya te dije que hacías una comparación inconmensurable. Son cosas muy distintas. Y no se reduce, tú que eres químico a humo blanco y humo negro. La mayor parte de los humos de una refinería, ni siquiera son blanco, como bien sabes, pero ésta no es la discusión, porque como digo son cuestiones inconmensurables que tú aprovechas para echar leña a un fuego que está ya apagado. En cuanto a lo de la salud, me parece que no le has dado, en mi comentario, a leer más. Para mí la salud es un valor, pero no el principal, y si lees mi comentario, lo de la salud es una forma de dominio a través del miedo, venga de donde venga, ya sea desde los discursos polítcamente correctos, o desde los apocalípticos ecologistas, me dan igual. Para mí el valor más importante, de la persona, es la dignidad, y ésta se puede tener con una salud absolutamente deteriorada, incluso, deteriorada voluntariamente. Y las cuestiones que se comentan en el artículo son muy importantes, como para pasar de largo y traer, a contrapelo, esta polémica, ya caduca, que tenemos en nuestra localidad. Polémica irracional que tiene que ver con el poder y no con la razón. Y es, precisamente, el poder, el que resuelve definitivamente el asunto. En este caso el poder económico. La crisis económica cancela definitivamente un proyecto demencial. Pero, como casi siempre, a historia se mueve por el poder de la fuerza y no la fuerza de la razón.

 

            En cuanto a lo de la crítica con tu partido, me parece muy bien lo que dices. Pero, aquí, como en las antiguas cartillas militares, hay que decir, que el valor se le supone. Es de suponer la crítica dentro del partido. Pero, francamente, no me la creo, de ti sí, pero no algo general, si no, qué me dices de la disciplina de voto y de los expedientes cuando se desobedece, y de las listas cerradas… ¿de dónde salió el candidato para Extremadura? No, los partidos no son democráticos, no aceptan la crítica, las corrientes disidentes dentro de un mismo partido son penalizadas. Lee al socialista y diputado del PSOE, Santesmeses ¿Por qué no se discute seriamente una ley de partidos, por qué no se discute seriamente una ley electoral, cuando realmente se hace un flaco favor a la democracia? Pues porque no interesa. Y punto. Comparto y confío en que tú desde tu posición realices la crítica pertinente y adecuada a tu partido y creo que es la única manera de que la política mejore. Yo mismo animo a los jóvenes y en particular a mis alumnos a que deben participar en política afiliándose a partidos y sindicatos, para poder cambiarlos desde dentro. Pero, las estructuras, de momento, están tremendamente anquilosadas, y eso no se puede negar. De modo que me parece estupenda tu postura crítica y la creo, ya te dije, pero no es lo que aprecia la ciudadanía. Algo falla. En cuanto al comentario final, los trapos sucios se lavan en casa. Creo que esto se puede decir de una estructura privada, como una familia, no de una institución, como es un partido político. Precisamente, la ley de partidos debe garantizar la transparencia, pero esto, no lo habrá mientras que no cambie esta ley, entre otras cosas, la financiación…Un saludo.

 

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            Señor Carpedien, que por cierto ya me gustaría saber quién es usted, y no hablar con una máscara. Bastante que le contesto y pierdo, literalmente, mi tiempo. Mire usted, a mí no se me ha nublado el sentido. Usted, no ha comentado nada del artículo, ni de mi comentario. Usted hace un juicio de valor, que no se permiten en un discurso racional, sobre mi persona. Dice que no me ponga nervioso, nervioso, de qué. De defender la libertad, mira, nunca me ha temblado el pulso al defenderla públicamente y lo hago a diario, en mi trabajo, en mis escritos y en mi relación, problemática, intelectualmente habando, con los poderes. Y nunca me he puesto nervioso. Mire usted, mi discurso no pertenece a lo azul o lo rojo, como usted dice, hay muchos matices que creo que ni alcanzaría a comprender. En su discurso, confunde las churras con las merinas. Y desde luego que eso no es una contradicción, pero si contradictorio, y hay una diferencia, pero era sólo un aviso porque se le podría haber acusado de demagogia. Y yo considero que decía usted verdades, pero dentro de la estructura de su discurso perdían validez, de ahí mi advertencia. Insisto, es la primera vez que se me confunde tan claramente con un ala política, no ni siquiera ideológica o de ideas, lo cual significa que el que no ha entendido nada ha sido usted. Insisto, lea el artículo, sin pasión, mi reflexión, que es lo mismo, pero con cinismo o acidez. Pero confundir esto con ser un rojo o un azul y, por tanto, un dogmático, va mucho. Mire usted, llevo toda mi vida intentando aclararme mis ideas y a eso se le llama escepticismo. Y de ese proceso surge la crítica racional, que es lo que practico y que  consiste, ni más ni menos, que en desenmascarar los engaños, las supersticiones, los mitos, las creencias, las opiniones comunes y vulgares, y eso es todo… y se le llama, en su raíz latina, escéptico, algo muy distinto a dogmático. Y no tengo ningún dogma ni nueva verdad que aportar, es más, como señalaba Ortega, vivo como un vagabundo intelectual, nunca demasiado a gusto en ninguna postura. Me parece de muy mal gusto, esa afirmación de que “hoy no das una”, qué juez es usted, si no presenta pruebas, salvo algún error tipográfico…venga ya…argumente y no vuelva al insulto y la fácil descalificación. Y, desde luego, que seguiré con mi monólogo, diálogo interior, pues a eso se le llama pensar. Saludos.

 

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            Si es que el mundo se ha vuelto loco. Todo vale y todo se puede decir. Es increíble. Pero todo tiene su explicación, el posmodernismo, la anulación de los discursos racionales, la muerte del arte, de la ética y de la política. Un mundo de trepas y oportunistas. A lo mejor somos frutos de un genio maligno, que decía Descartes, o de una civilización extraterrestre que experimenta con nosotros…Se ha perdido el sentido, la esquizofrenia es total.

 

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            ¿Y con este alarde de dinero se soluciona la enseñanza? La cosa es más fácil, cambiar la ley. Culpabilizaron a la familia y al entorno sociocultural, ahora, al profesor. Ahora resulta que la dedicación se traduce en un mayor número de aprobados. Y que la carrera profesional se ve en que el profesor, como tiene más dedicación, rinde más y aprueba más a medida que pasan los años. Hombre, por dios, si estos señores se cargaron la carrera académica del profesor de enseñanzas medias. Si toda promoción, para cobrar sexenios, productividad, que llaman, formación permanente, no son más que cursos de los centros de formación del profesorado y de los sindicatos. Pero, hombre, por favor, qué saben estos de lo que es la promoción académica, si no habrán visto ni un libro ni en pintura.

 

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