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Filosofía desde la trinchera

Lo siento Fernando, pero no respondes a nada desde el principio no te defiendes de lo de las listas electorales. No te defiendes del ataque a la democracia. Tampoco a las acusaciones, que Pérez Reverte hace, en tono periodístico, pero que si te informas están bien documentadas. Sólo has utilizado una táctica. Matar al mensajero. Has pretendido atacarme para defenderte. Y, esto es sofistica. Técnicamente, argumentos ad hominem, como sabes. Aunque fueran ciertos, que no lo son, no sirven de nada. De lo que se trata es de criticar los argumentos del oponente con otros argumentos no insultándolo. Y además, esto último, aunque probablemente no sea tu intención, sólo que al no vernos las caras suena mal, lo has hecho en tu penúltima intervención. Eso queda feo, y más entre profesores de bachillerato, yo al menos lo era, ahora, por ley, soy de secundaria, unificación…y ya me entiendes. La ley crea la realidad y no sigo.

 

            No creo que se nazca de nada, se educa uno en algo. Y si que cuesta salir de eso en lo que se educa. Yo conozco gente con muchos años que no salen de la tradición. Y yo voté al PSOE, en las elecciones del 82. Pero aprendí rápido. U obedeces o estás fuera. Y no admito la obediencia, eso de ser una piña, que decía Felipe González, sin razón, me parece tribal. Y no confundo la soledad con la libertad. Sólo digo que la libertad intelectual te lleva a la soledad. Es más fácil ser sumiso y obediente. Es nuestra naturaleza, todos flaqueamos. Y no me considero un héroe. Cuando les hablo a mis alumnos y parece que la cosa se pone imposible, como para decidir entre el heroísmo y la vida honesta, lo que mantengo es que sólo se nos puede pedir, o, más bien nosotros a nosotros mismos, la honestidad. Los héroes, me dan miedo, pueden ser fanáticos. Yo intento seguir un camino pedregoso. Yo no estoy solo. Estoy en diálogo, mediante la lectura y el estudio, permanente con los hombres más sabios de la humanidad, del pasado y del presente. Es buena compañía, ¿no te parece?. Muchas veces coincido con ellos, otras discrepo y los críticos racionalmente, no insultándolos. Las págims de mis libros están llenas de anotaciones. Por ponerte un ejemplo, ya he escrito un largo artículo como réplica a la conferencia de Isidoro Reguera. En que para nada hablo de él porque no es de recibo, hablo de sus argumentos que me parecen erróneos. Confunde, descripción con explicación y, sobre todo, justifica cosas como éstas. Que tú puedas llamar sinvergüenza a Pérez Reverte. Porque todo vale. Pues no señor, y no lo voy a demostrar ahora, no todo vale. Porque si todo vale, lo único que vale es la razón del más fuerte. Y es lo que ha ocurrido en la historia.

 

            Y, por seguir con el tema de la democracia ya te contesté en las jornadas. Aunque es muy cierto, y es un límite de la acción política, que no se puede confundir la teoría ideal con la práctica concreta de la política. Lo que no es de recibo es que esto sea una justificación para todo. Por ser breve, hubo una bifurcación en los años setenta. O se seguía el consejo del informe del club de Roma o se seguía la política neoliberal. La opción fue la segunda. Un grave error, pienso.  Y estas son las cosas que hay que discutir. Pero la política neoliberal, como traté de exponer, con varias pinceladas, tiene una base en el pensamiento muy amplia. Que arranca desde Locke, pero sobre todo, desde la segunda guerra mundial. Los perdedores en el debate contra Keynes, los ultraliberales económicos son a los que los políticos, desde hace cuarenta años han escuchado. Y, por ello, los políticos son responsables del mal actual. Y los ciudadanos somos responsables también por no haber reaccionado. Por mantenernos en la comodidad y en la pereza. Aquí no se libra nadie. Y, para mí no es ningún ejercicio de purgar culpas. Soy un escéptico y pienso que la naturaleza humana no da más de sí. Expuse el otro día algunos de los principios de mi filosofía ética, principios positivos, no crítica, como acostumbro. Y me refiero al cosmopolitismo y éste me ha enseñado que la naturaleza humana es universal y que lo que veo de maldad en el hombre, me pertenece, igual que su bondad o creatividad. Nunca podré decir que no habría participado en un genocidio. Está dentro de mi naturaleza, ahora, a toro pasado puedo reconocerlo y no participar más del mal, eso es honestidad intelectual, no heroísmo.

 

            Hombre y ya me suena un poco a gracia. Que no me crea todo lo que leo. Tengo una biblioteca de más de tres mil libros, treinta años leyendo a diario. Y me vas a decir tú a mi lo que me tengo que creer. Esto es de discusión de patio de primaria, hombre. Seamos serios. O no digamos ni pío.

 

            Hombre y eso de las películas que me monto. Insisto, esto no son argumentos, son descalificaciones, casi insultos. Pero bueno. Yo no me monto películas, argumento. La película se la monta el poder y nos la pone a diario en los medios de comunicación. Yo estoy continuamente dudando, pensando y criticando, unas veces con más acierto y otras con menos. Pero que uno se monta películas, eso me suena a la visión conspirativa de la historia. No creo en ella, porque sería renunciar a la razón. Sin embargo, el poder si cree y lo ejerce. Y mi trabajo como persona es desenmascarar mitos. Que detrás del mito no hay nada, pues que  le vamos a hacer, pues que la gente se busque un cura si quiere. No hay ni salvadores ni nuevos redentores y eso es lo que debemos aprender. Pero ahora existe un gran pensamiento que se nos presenta como tal y llevo muchos años estudiándolo e intentando desenmascararlo. Ésa es mi obligación como profesor de filosofía y mi deber como ciudadano o persona. Nunca he buscado ningún tipo de cobertura publicitaria, si se me ha dado la he aceptado, si no, incluso me pago mis publicaciones y las regalo. Y sin pecar de soberbia, un artículo mío tiene decenas de horas de trabajo detrás.

 

            Gracias por tu aviso con lo de los aduladores, son amigos. Y aprendí hace años lo de Diógenes, prefiero a los cuervos que a los aduladores porque los primeros devoran a los muertos, pero los segundos a los vivos. Pero, como te digo, son amigos. Y entre la amistad está el cumplido que por su puesto se agradece. Pero, curiosamente, con todos ellos, he tenido tremendas discusiones en las que para nada hemos estado de acuerdo y creo que de ellas hemos salido crecidos. Y tu adulación del final, pues no me la creo. Si tuviese valía intelectual estaría en la Sorbona, por lo menos, y no donde estoy. La existencia es efímera y yo sólo pretendo aclararme un poco y, si de paso, otro me ayuda y yo a otro, pues tanto mejor.

 

            Un saludo. Pero, insisto, tu discusión va errada, aunque tuvieses razón en lo que dices de mí. Lo que interesan son los argumentos, no el carácter, los sentimientos, y las vicisitudes de aquel que los pone sobre el tapete. Un saludo.

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