La libertad es elegir lo que se debe hacer, no lo que me apetece hacer. Y, lo de “La libertad es el bien más preciado, amigo Sancho”, son palabras de Cervantes en El Quijote. La libertad no es una utopía. La libertad es una posibilidad política, no una cuestión de preferencias ni de gustos. A esto se le llama capricho. Esto viene muy bien explicado en un librito para alumnos de ética y que ahora cumple veinte años, “Ética para Amador” de Savater.
Héctor sabía que si salía a luchar con Aquiles moriría seguro, pero era su deber. Podría no haberlo hecho. Poner excusas, desde estar enfermo, a no merece la pena, no es ésta mi guerra, en definitiva, no me apetece y me hace mal. Pero, fue libre, y salió a luchar contra Aquiles. Y murió. Y por eso es un héroe, un modelo de virtud, de areté, de excelencia. Su historia, como la de Sócrates, que fue absolutamente libre eligiendo su muerte en un juicio injusto y que pudo haber evitado, es una enseñanza moral para la humanidad. Una enseñanza universal. Los valores que nos enseñan trascienden la historia de la humanidad, la construyen. Y, por favor, esto no tiene nada que ver con el aprender divirtiéndose y hacer feliz al alumno. Nos creemos libres porque hacemos lo que nos apetece. Esto es mero capricho o ser esclavo de las pasiones. Un cordial saludo.
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