Hay un error de fondo. En el 32 los economistas tenían que haber dado la cara también, como los filósofos y, algo después la dieron, pero se pasó por una guerra que fue el colofón de la crisis económica. Hoy en día los economistas tienen que dar la cara y explicar la cuestión técnica. Pero el problema es filosófico, o sigue siéndolo. Es un problema de imagen del mundo y de epistemología, es decir, del estatus científico de la economía y del significado de la ciencia en su conjunto para la humanidad. En definitiva un buen artículo por lo que apunta, pero se equivoca de gente. El punto de mira son los economistas teóricos y, como siempre, los filósofos. Porque la filosofía es la que se ocupa de desenmascarar las ideologías y no hay ciencia sin ideología ni sin interés. Pero, ¿dónde están los filósofos? Pues hay pocos y, mientras, los profesionales de la filosofía se pelean por un asiento en la academia perdiendo su tiempo y malgastando el dinero público en “investigaciones” absurdas, sin sentido y meramente doxográficas. Alejados de la realidad.
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