El asunto de la psicología positiva y las promesas de felicidad, no sólo es que se desmontan científicamente, aino que filosóficamente son también una barbaridad. Para fundamentarlo habría que extenderse, pero no lo haré. Sólo un par de matizaciones. La primera es que, el concepto que se usa de felicidad en la psicología positiva basada en la inteligencia emocional, es muy pobre. Sólo se refiere a las sensaciones positivas, al sentirse bien. El mero bienestar. No se relaciona ni con las virtudes, ni, mucho menos, con la libertad. Y, en segundo lugar, está incardinada absolutamente en el posmodernismo. En el paradigma de un hombre hedonista, egoísta y nihilista. Sólo busca su propio bienestar para llenar el vacío de su ser tras la muerte de la modernidad: el sentido del mundo, de la vida, la esperanza… frente a esto nos queda la desesperación y el nihilismo. Pero el nuevo dios, el mercado, que no es un ente abstracto, son unos cuantos de nombres, nos proporcionan las recetas de la felicidad por medio del consumo. Y la felicidad que nos promete la psicología positiva no es más que un objeto de consumo y una adaptación al mundo en el que vivimos. Todo es competencia y nada es cooperación, todo es adaptación y nada es transformación. Sumisos y esclavos, pero todos sonrientes.
¡Qué cansancio de gente que descubre el Mediterráneo y le pone nombre a su ignorancia! Si puede ser un nombre técnico para pasar por científico, mejor, así no se duda de su verdad. Lean a Aristóteles, a Séneca, Marco Aurelio, Kant, Spinoza, Schopenhauer, Kierdkegar, Nietzsche, Cioran, Leopardi, Fernando Pessoa... Allí encontrarán esa inteligencia emocional de la que tanto hablan y sin salirse de la cultura occidental. Ya está bien de renegar de occidente. La civilización grecoromana y cristiana (soy ateo, pero eso no tiene nada que ver) nos ha librado de la barbarie. Sus valores han encumbrado al hombre. Otra cosa es la historia del poder, que no es la de la civilización ni la de las ideas, aquí ha habido crimen, genocidio y todo lo horrendo que el hombre puede hacer. Pero igual que en el resto del mundo. Y ya vale de tanto snobismo oriental. Escuchen el mensaje de Buda, de Lao Tze y verán las similitudes con los estoicos o con el maestro Eckhart, Juan De la cruz,…Ya está bien de neolengua y doble pensar. Vaya farsa de mundo orweliano. Abandonamos la civilización y emprendemos el camino hacia una nueva barbarie.
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