Blogia
Filosofía desde la trinchera

 

<!-- /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-font-family:"Times New Roman";} @page Section1 {size:612.0pt 792.0pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:36.0pt; mso-footer-margin:36.0pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} -->

Kant distinguió muy claramente entre lo que podemos llamar la filosofía académica y la filosofía mundana. A mi modo de ver su filosofía es filosofía mundana, en la medida en la que su filosofar arranca de los problemas planteados realmente por el ser humano. No en vano las preguntas filosóficas que se toman como referencia son las que él presentó. ¿qué puedo saber? ¿qué debo hacer? y ¿qué puedo esperar? Todas ellas se pueden reducir a la pregunta más general ¿qué es el hombre? a mi modo de ver su filosofía, por muy compleja, sobre todo, terminológicamente que pueda ser es siempre filosofía mundana.  Es curioso que fuese criticado por no citar sus fuentes. Su respuesta es impresionante y la comparto por entero. El conocimiento es universal, no tiene propietarios. Los que nos dedicamos a la vida intelectual vivimos en una comunidad de vida en la que los artefactos con los que tenemos que vérnolas son las ideas y nuestra actividad es la crítica. Importante es también que de esta crítica surge una acción. Pues bien, participo desde hace ya bastante tiempo de esa filosofía mundana. Creo que el papel y el lugar del filósofo ha de estar a ras de tierra, no debe caer en el academicismo. Ser filósofo y academicista es una contradicción. El que se dedica a la academia, simplemente es un profesional de la filosofía

 

 

0 comentarios