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Filosofía desde la trinchera

 

Considero la libertad como el máximo valor humano junto con la justicia, pero no hay la segunda sin la primera. La libertad en su doble sentido, como decía I. Berlin, negativa y positiva hay que entenderlas entrelazadas. La libertad negativa es la libertad de conciencia y de pensamiento que se hace posible desde el poder. Vendría por tanto mediatizada por la democracia. La libertad positiva es la posibilidad de crearse uno a si mismo. Es lo de Ortega de que  la vida es tarea, un quehacer continuo, no podemos dejar de hacer. Incluso el suicidio es un hacer: decidir dejar de hacer. Estamos condenadas a ser libres como decía Sastre.

 

            Pero lo que últimamente viene rondando mi cabeza, desde que el año pasado profundicé en la evolución y leí algunos libros de neurofisiología aplicada a problemas filosóficos y éticos, es que quizás no seamos libres. Quizás todo venga determinado por el ADN, y esto no pretende ser un reduccionismo, lo podría explicar desde la teoría emergentista. Lo curioso es que nuestro cerebro está construido como una máquina para fabular la realidad a partir de los datos que nos vienen de los sentidos. Tanto la conciencia como la libertad no serían más que el resultado evolutivo de esos mecanismos de fabulación. Por lo tanto no existiría ni un yo ni una voluntad libre.

 

            Si algún día se pudiese demostrar esto, ¿tendría implicaciones legales y morales? Nuestro sentimiento de libertad y por tanto de responsabilidad y de necesidad de construir nuestra vida seguirán existiendo por más que podamos explicar los mecanismos que los subyacen. Otra cosa sería que a la par inventásemos los artefactos tecnológicos para intervenir en nuestra voluntad. Pero quizás tampoco hay que tener tanto miedo a esto. Culturalmente hemos creado los artefactos de dominio y control de las conciencias por parte del poder. Siempre se ha intentado eliminar la libertad. El conocimiento y la libertad ligada a él son peligrosos. Pero la historia ha avanzado hacia la justicia por los hombres libres, esto es, por los disidentes.

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