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Filosofía desde la trinchera

Maria Rosa, lo siento, pero creo que no argumentas nada nuevo, sólo aflora el rencor o el resentimiento que contra la historia machista tienes. Tu rencor, casi odio, te impide situar las cosas en su verdadera dimensión. Y esa dimensión es la de la opresión del hombre por el hombre, siempre. Te equivocas mucho, la violencia no tiene cantidad. El mal radical es aquel que se hace contra una persona de tal forma que en esas condiciones deje de ser persona y de sentirse tal. Lee la literatura que existe sobre los campos de concentración y exterminio. Así lo mismo da la violación de una mujer que cualquier otra tortura contra un hombre, como las de Abu Graib, por seguir con el contexto sexual. Insisto, la violencia, y cuando se llega a la radicalidad, más aún, no es cuantitativa. La historia de la humanidad es una historia de violencia y de crímenes, aunque no sólo, y no es la mujer, aunque tú lo digas la peor parada. A lo mejor son los niños, o los ancianos. Claro que tú siempre dirás, que si además eran mujeres, pues peor aún. Y yo te repetiré que cuando un hombre pierde la dignidad por el mal al que está siendo sometido todo lo demás da igual.
    Insisto, tienes que mirar desde lejos. Tampoco entiendo ese afán de libertad. No te cansas de decir que hasta que las mujeres no sean libres…pero, quién hay libre. Sé del sufrimiento de las mujeres, de los malos tratos, que muchos acaban en muerte, todo ello es penoso y un fracaso de nuestra cultura y todos los instrumentos del estado tienen que funcionar para erradicarlo y hay que estar en ese proceso y cada cual que se implique lo que quiera en ello. En la sociedad en la que vivimos la libertad tiene que ver con la libertad económica. Ésa es la primera que debe conquistar la mujer, pero esto tiene que ver, si lo ves desde lo general, con el derecho universal al trabajo.
    En fin, que no creo que merezca la pena seguir, por dos razones. Los dos estamos de acuerdo en que hay opresión sobre la mujer, pero estamos en desacuerdo en que tu consideras que esa opresión es la mayor que ha sufrido la humanidad. Creo que a tu visión le falta perspectiva histórica y hondura filosófica. Lee a Semprúm o a Reyes Mate, por ejemplo o Primo Levi. Y, en segundo lugar, porque tu discurso es visceral, arranca de un vicio moral, el rencor, la cólera, el resentimiento, algo de ello hay. No es lo mismo que las razones estén cargadas de afectividad, que el que las razones se apoyen en los vicios del alma. Hay que ejercitarse siempre en el conocerse a sí mismo socrático. Un abrazo.

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