“Docere et delectare”. Cuidado que se ha mentado a la bicha. Qué ambigüedad, qué peligro. La puerta abierta de par en par a los que han destruido el sistema de enseñanza con su teoría de la motivación que se puede reducir a las ciencias conductuales porque es observable, pero olvidaron una de las tres facultades de la psique, la voluntad, porque ésta no es observable y no entra dentro de los cánones del modelo de ciencia positivista. Uno de los errores epistemológicos de la LOGSE-LOE que ha tenido consecuencias horrorosas y que ha generado, posteriormente, una verborrea pseudocientífica de tomo y lomo. Una verborrea que no es más que ideología con la que se ha domesticado a profesores y alumnos durante veinte años. Hay que recuperar nuestra herencia y saber de dónde venimos, pero, previamente hay que desenmascarar la ley de enseñanza y la nueva ley del PP sigue en las mismas. No se puede iniciar una reforma, aunque muy legítima y muy bien intencionada, si no desenmascaramos el gran embrollo ideológico-religioso en el que nos han metido. Todo lo demás, la desaparición de las humanidades, de la ética, la filosofía, las ciencias básicas (que han sufrido mucho más) son cosas que vienen como consecuencia. El sistema no pretende enseñar, no pretende crear ciudadanos, no pretende hacer individuos críticos. Ya el tribunal de la enseñanza no es la razón, sino el mercado. La enseñanza tiene como fin la empleabilidad y si todo lo dicho (filosofía, arte, ciencias básicas, historia, lenguas clásicas…) sobra, pues irá desapareciendo poco a poco o se irá transformando, como ha ocurrido con la filosofía, en algo desvirtuado. Y lo mismo sucede con la ciencia, la dimensión desde la que se explica es desde la mera utilidad, ni una historia, ni una epistemología que nos haga tomar conciencia del hecho de la ciencia. O bien propaganda progresista y triunfalista como es “Ciencias para el mundo contemporáneo.” Antes por lo menos teníamos la “Ciencia, tecnología y sociedad” pero vieron el peligro de la crítica al status quo y la eliminaron. No se puede poner el carro antes que los bueyes.
0 comentarios