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Filosofía desde la trinchera

De nada, Miriam. Supuse que te iba a interesar. La actitud es la del respeto. Por eso al mundo árabe le falta una Ilustración que es la que acaba con la superstición religiosa, con su poder, con su relación política con el estado y la relega a su lugar natural que es la creencia privada. Por supuesto que están autorizados a intervenir en el debate público, pero desde la isegoría, la misma posibilidad de hablar y expresar ideas y creencias para todos. Entonces tienen que verse obligados a admitir las ideas del otro y dialogar con él en pie de igualdad, no desde la postura de la posesión de una supuesta verdad. Esa es una de las conquistas de la Ilustración que costó siglos y cintos de miles de muertos. Y, aún hoy, el cristianismo quiere ser una voz especial. Por otro lado el pueblo debe ser educado en el hecho religioso y su historia, no adoctrinado. Porque somos animales religiosos, en primer lugar, y porque somos hijos de nuestra tradición la cual debemos conocer. Así mismo, la pérdida de la religión es una pérdida de valores, de ética y de espiritualidad. Por eso es necesario su conocimiento. El hombre, como ser religioso, busca otros dioses. Y los dioses que se nos ofrecen hoy en día son tan peligrosos como los tradicionales: el éxito, la eterna juventud, la belleza, el dinero, las nuevas tecnologías, vivir el momento (pero no en sentido espiritual, sino hedonista-nihilista) De ahí tanto desasosiego. Porque en estos dioses no hay espiritualidad, no emana el bien ni la justicia, todo lo contrario, fomentan la ignorancia, la competitividad y el egoísmo. El ateísmo, que también es mi postura, no debe nunca abandonar la ética. Debe ser militante. Es decir, tiene que intentar convencer a los demás de las supersticiones en las que viven, ya sean religiosas o falsas espiritualidades, o pseudocientíficas. El ateísmo debe ir acompañado de una ética civil que es el laicismo que implica una democracia radical, no lo que tenemos ahora. Me alegro que te haya interesado.

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